
El problema, por lo menos para mí, es que en todos los servicios te piden inscribirte y poner contraseñas. El drama es que las contraseñas se me olvidan, se me confunden, intento una y otra vez y te termino bloqueando el acceso. Y así van muriendo las ganas de entrar a la dichosa página. Me ha pasado varias veces.
Una opción sería usar el mismo nombre de usuario y la misma clave en todos lados, pero “no poner los todos los huevos en una sola canasta” es un consejo que se aplica a las mil maravillas.
Lo que complica es que, por lo menos en mi caso, no retengo todas las contraseñas. En el banco, por ejemplo, me piden actualizarla cada un par de meses. La creatividad no me acompaña mucho y simplemente le voy agregando números a la contraseña original.
Hay contraseñas obvias, como las fechas, sobrenombres o mascotas, pero aún así se confunden. Los expertos recomiendan las alfanuméricas, pero eso significa retener más claves en la cabeza. Peor. Cosas de la tecnología.
All I can say is nothing because your blog is not interesting to read.
ResponderEliminarLeer el mundo blog, bastante bueno
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