Envidio a los pianistas que cosechan melodías de las teclas.
Envidio a los compositores que en una estrofa resumen historia, emociones, dramas y alegrías.
Envidio a los escritores que dan a luz las historias más increíbles.
Envidio a los que bailan porque expresan, sienten y transmiten.
Envidio a los cuentacuentos que hechizan.
Envidio a los cronistas que transportan.
Envidio el autorretrato de Neruda.
Envidio a los lectores devoradores de letras.
Envidio la palabra correcta.
Envidio al rostro que recibe el sol de abril.
Envidio la culpa redimida.
Envidio al corazón rojo.
Envidio a los que no sienten envidia.
Jodorowsky lo dice: "Transforma tu envidia en admiración".
Envidio a Jodorowsky...
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