
Las razones son que cuando salgo de mi trabajo ya está oscuro, entonces se me produce una sensación de que el día está por terminar y que lo desperdicié trabajando, que no me queda tiempo libre. En cambio, con el horario de verano, salgo y todavía hay luz natural. Ahhhh, una delicia.
Es una tontera. Lo sé. Pero con los días más largos, más luminosos, como que el ánimo sube. Por lo menos el mío. El invierno es piola porque baja la temperatura, pero eso de que a las 7 de la tarde ya esté todo oscuro... no va conmigo.
¿Sabes cuál es la hora real? La de verdad. La exacta. Sin segundos de más ni menos. Pincha acá.
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