El debate por la educación está lejos de terminar. Ahora que los estudiantes secundarios están tranquilos, los alcaldes de Chile (incluidos los nueve de la Segunda Región), levantaron la voz y advirtieron al Gobierno de Bachelet que si no aumenta los recursos para la educación pública, dejarán de traspasar recursos municipales al sistema educacional.
¿Qué significa esto? Que la educación pública seguirá hundiéndose. Los ediles fijaron un plazo de 60 días (hasta el 1 de septiembre) para que el Gobierno gestione soluciones a las demandas de los alcaldes. Los jefes comunales de la región piden que la subvención suba de 32 mil pesos mensuales por niño a 64 mil pesos. Es decir, un incremento del 100%.
¿Mucho? No si se analizan otros factores, como que es el único aporte estatal que reciben. Seguro los alcaldes no gritarían tanto, si no fuera porque los colegios particulares subvencionados reciben el mismo aporte, pero además cobran mensualidades que promedian los 60 mil pesos. Nada mal. Así, un niño del sistema municipalizado se educa con 32 mil pesos mensuales y uno del sector particular subvencionado con 92 mil ó más. Los privados promedian los 150 mil pesos. ¿Crecer con igualdad?
A esto se suman otros factores, como que los profesores particulares laboran bajo el Código del Trabajo y los municipalizados bajo el Estatuto Docente. Este último protege excesivamente a los docentes y aunque sean malos no se los puede echar. Tiene que salir tres veces consecutivas insatisfactorios en la evaluación docente y, seamos claros, hay que ser muy negado para que ello ocurra. Entonces, los municipios están con las manos amarradas.
Qué pasaría si los municipios cortan los aportes. Una crisis, sin duda. Programas como los sicosociales se terminarán. Un ejemplo: el municipio antofagastino entregó este año 1.100 millones de pesos a la educación pública. Se imaginan lo que sería la educación municipalizada de la ciudad sin esos recursos. Sin duda, un horror.
Qué vendrá ahora. Numerosas reuniones, declaraciones de buenas intenciones y, sin duda, maquinaciones políticas. No olvidemos que la mayoría de los alcaldes son de la Concertación. Ojalá que por no hacer pasar un mal rato a Bachelet, los ediles bajen la guardia cuando se acerque el 1 de septiembre. ¿Política o calidad de educación? No hay dónde perderse.
La educación tiene que volver a manos del Estado, el Gobierno puede lavarse las manos dejando la responsabilidad a los municipios. La diferencia que se crea entre los municipios ricos y pobres, no resiste análisis, en definitiva no puede ser que si vivo en una determinada comuna voy a tener mejor educación a que si estoy en otra, por favor.....
ResponderEliminarLa Dictadura no impuso un modelo neoliberal educacional, pero lo peor es que la Concertación sigue administrando ese modelo, pero que verguenza.
Debemos exigir el cambio del Sistema Binominal.