Lo primero que hay que decir es que la Specialized Fatboy no pasa desapercibida. Ni en la tienda, ni en la calle, ni en el cerro. ¿Por qué tan así? Por sus ruedas mucho más anchas de lo normal. Son 26 x 4.6". What? El ancho de la rueda es de casi 12 centímetros. Es como de moto. ¿Cuál es la gracia de esto? Sigue leyendo.
Hace tiempo le había echado el ojo y quería probarla. En la tienda
Rana Bike de Antofagasta trajeron una a la venta y, después de un tiempo, la habilitaron como test bike. La pedí prestada, le puse mis pedales automáticos y me fui en la mañana de un viernes a Las Lomas, uno de los circuitos más tradicionales del mountainbike en la ciudad.
La Specialized Fatboy usa unos neumáticos 26x4.6", lo que en chileno quiere decir que las ruedas tienen un ancho de casi 12 centímetros. Más del doble que un neumático normal.
Lo primero que hay que decir, es que el pedaleo es levemente distinto a una bicicleta con neumáticos normales. Las ruedas de la Fatboy son tan anchas, que obligan a un cuadro con geometría adecuada. El eje donde va el motor es más ancho y, por lo mismo, los pedales van más separados. Eso me incomodó al comienzo, me sentí como si estuviera montando un caballo, con las piernas muy separadas, me molestaban las rodillas, pero a los minutos uno se acostumbra.
La Fatboy que probé tiene un cuadro de aluminio y una horquilla rígida de carbono. Está equipada con X7 de 10 velocidades (
acá más detalles técnicos). Pesa 14,4 kilogramos. No es liviana, pero tampoco pesada considerando el tipo de máquina que es.
Quienes han ido a Las Lomas, saben que la primera hora de recorrido es subida. No mucha pendiente, pero subida permanente. Salí de la tienda ubicada en la costanera y todos con los que me crucé miraban la bicicleta. Es raro ver algo así. Cuando andas por asfalto las ruedas ronronean mucho... rrr rrr rrr. En la Rotonda de la Minería comencé a subir y, curiosamente, no la sentí pesada. Llegué a los Jardines del Sur y tomé rumbo al cerro.
En la ruta tradicional, cuando dejamos la calle de los Jardines del Sur y comenzamos con la tierra, hay una subida pequeñita, un par de metros a lo más, pero muy empinada y con arena. Habitualmente paso con mi bicicleta por ahí (29x2.1"), pero debo aumentar mucho el ritmo para no quedarme enterrado. Con la Fatboy puse cambio liviano y pasé sin esfuerzo alguno. Esa fue la primera sorpresa. Sabía que sería más fácil pasar por la arena, pero nunca tanto.
Esta impresión la ratifiqué en los bancos de arena que hay más arriba, cuando ya estamos a medio camino hacia la primera bajada.
A la izquierda, la marca de la Fatboy pasando por la arena. A la derecha, la marca de una rueda normal. Como se ve, con la Fatboy pasas por la arena sin riesgo de enterrarte. Como si fuera cemento.
En la subida los 14,4 kilos no los sentí para nada, quizás por el entusiasmo, quizás por las ganas de llegar rápido a las bajadas y partir con la diversión. Como sea, la experiencia de andar en este modelo es entretenida. Es como un juguete, una golosina que se disfruta mucho.
Sigamos con el recorrido. Llegué a la primera bajada del circuito de Las Lomas, la que no es complicada ni demasiado técnica
pero donde varios de nosotros nos hemos caído, al menos en las primera salidas a esa zona. El problema es que al término de esta hay un
maldito arenal. Casi todos los que hemos bajado por allí, nos bajamos de la bicicleta, caminamos unos metros en el arenal y nos volvemos a subir donde el terreno es más compacto. De todas las veces que he pasado por allí, creo que en un par de ocasiones lo hice sin detenerme, pero era cuando entrenada mucho. Eso fue hace harto tiempo.
Después de sacar la foto de rigor, recuperarme un poco, me lanzo por la bajada y decido seguir por el arenal porque sé que la Fatboy me apañará. Dicho y hecho. Pasé por el arenal como si nada, ni siquiera se frenó la bicicleta o hubo amago de quedar enterrada. La sonrisa fue inmediata. Era casi ridícula la facilidad con la que pasé por el arenal.
La primera bajada de Las Lomas y abajo el arenal que nos corta el ritmo a todos. Con la Fatboy te comes el arenal.
Deben ser unos 200 metros de arenal y piedrecilla que usualmente se hacen con esfuerzo y mucho ritmo. Salvo que seas Absalon o Schurter, todos nos esforzamos un poco ahí. Con la Fatboy pasas tranquilo. Hasta ahí, esta máquina cumplía con mis expectativas. Grata experiencia, pero nada que me volara la cabeza.
Cuando realmente me sorprendí, fue cuando pude escalar la subida que está al final del arenal, la que tomas antes de dirigirte finalmente a la serie de "subeybaja" de Las Lomas. No es una subida muy larga, deben ser unos 20 metros, tampoco tiene mucha pendiente, pero sí harta arena. De todos los años que voy a este circuito, es primera vez que lo subo. Los primeros metros pasé sin problemas, cuando llegué hasta el punto donde siempre me bajo, vi que tenía piernas y agarre suficiente. Decidí seguir. Seguí, seguí y seguí hasta llegar arriba. El agarre de la Fatboy es atómico. Claro, quizás las lluvias de las semanas anteriores ayudaron a endurecer el terreno, pero qué más da, por fin pude subir, no me roben la alegría. Hasta allí todo bien.
Llegué a las muchas subidas y bajadas de Las Lomas. Con las subidas no hubo problemas. A pesar de los casi 15 kilos de peso, subes bien porque el ancho de las ruedas te da un agarre endemoniado. De hecho, la bajada con arena que hay a medio camino la hice sin problemas, pero me impresionó que pude subir por el sendero que todos hacemos a pie cuando vamos en nuestra bicicletas con ruedas normales. Acá pones primera, harto ritmo y llegas arriba. Otro punto para la Fatboy.
Después de esta bajada,que con algo de técnica la haces con cualquier bicicleta, viene un sendero diagonal de arena que te lleva hasta un plano, donde nuevamente comienzan las bajadas. Ese senderito lo puedes subir pedaleando con la Fatboy. Cuático.
Mi problema fue con las bajadas, sobre todo las más largas. Eché de menos la suspensión. La horquilla de este modelo es rígida y aunque la rueda gorda absorbe mucho impacto, tus brazos recienten la falta de un recorrido de 90 o 100 mm. Además, imagino que por el mismo tamaño de las ruedas, a veces se torna algo ingobernable la bicicleta y cuesta un poco más dirigirla por senderos o terrenos escarpados. Es como si quisiera siempre seguir derecho y hay que arriarla. Cuando salí de los toboganes y me dirigía al cerro que está arriba de El Huáscar -una recta larga, donde fácil alcanzas los 40 km/h- mis manos y brazos iban sufriendo mucho. Quería mi suspensión A-H-O-R-A. Hay una Fatboy con suspensión delantera, pero el precio sube bastante respecto a la que montaba.
Ya arriba de El Huáscar, antes de descolgarme por el arenal del cerro, le tomé algunas imágenes a la bicicleta. Tome aire y me lancé por el arenal que termina en la Happy. No tengo problemas en bajar por ahí con mi bicicleta, pero debo decir que siempre voy pendiente de ir controlado, porque la rueda delantera se mueve mucho y no cuesta nada que se entierre y tú salgas volando directo a tragar arena. Con la Fatboy no. Las bajadas por arenas se hacen fáciles, en terreno más duro hay que guiarla más.
Solo para seguir probando las bondades de esta máquina, me fui a la orilla de El Huáscar para pasar por arena de playa, el mismo tramo de las carreras de E-CL. Y pasó lo que debía pasar: por la arena pasas sin problemas. La misma experiencia tuvieron compañeros que la usaron en el Balneario Municipal de Antofagasta.
Regresé a la tienda, cambié mis pedales, tomé mi bicicleta y efectivamente comprobé que los neumáticos de las Fatboy son monstruosos, pero entretenidos de usar.
Lo bueno:
- La facilidad para pasar por la arena.
- Agarre en las subidas.
- La diversión.
- Las miradas sobre ti.
Lo malo:
- El peso.
- La falta de suspensión (hay modelos con suspensión).
- Se pone chúcara en las bajadas de terrenos duros y con mucho sendero.
- Incomodidad por pedalear con las piernas más abiertas de lo normal, a causa de lo separado de los pedales.
Conclusión:
¿Me compraría una Fatboy? Creo que ese es el problema de esta bicicleta, que en sí es exquisita y entretenida, pero no es una primera opción, tampoco una segunda, al menos para mí. Ya tengo una rígida y antes que una Fatboy, preferiría comprarme una doble suspensión. Pero esa es mi opinión personal. La pasas bien, pero en la arena, en circuitos no muy largos, ni trabados. Si tuviera muchas lucas, obvio que tendría una. Imagino usarla en Mejillones, Hornito, Punta Itata. Exquisito. La Fatboy tiene mercado, pero claramente no uno masivo.
Arriba de El Huáscar.
La Fatboy no pasa desapercibida. Sus ruedas son monstruosas.
Las cubiertas Specialized Ground Control Fat 26x4.6" son las responsables.