Pero hay algo que tengo claro. Estos tipos son muy impulsivos o demasiado reflexivos. Suena contradictorio, pero creo que es así. Estos gallos se hacen el orificio y deforman su cuerpo por un impulso sin pensar demasiado en el mañana, en lo que viene después; o, por el contrario, lo pensaron demasiado y tienen la certeza de que la oreja deformada no les afectará en nada. O sea, tienen clarito que nunca van a trabajar en una oficina. En fin. Cada uno con sus cosas.
Cuando estaba en la U, un día me perforé un pequeño orificio en un lóbulo apéndice de mi oreja. Lo pensé por harto tiempo y nunca me animé a hacerlo antes, hasta que una vez viví una prueba de fidelidad de Dios importante para mis días y sentí las ganas de llevar un sello perpetuo de aquel evento en mi vida. Fue así que pensé, cada vez que me toque aquel pequeño aro, recordaría mi pacto.....es como cargar un baluarte en el pecho...en fin, cada cual con sus motivaciones e ideas.
ResponderEliminar