¿Qué esconde el alcalde?

¿Qué esconde el alcalde Daniel Adaro? Esa es la pregunta que muchos se hacen por estos días no sólo en los círculos periodísticos, sino también en el gobierno regional y, en definitiva, en todos los sectores a los que les interesa en algo esta ciudad.
Adaro anda escondido desde hace más de una semana. No oculto, porque presidió la inauguración del Cinemundo Mall Plaza y este sábado encabezó el lanzamiento de la temporada de verano 2007 en el Balneario Municipal.
Digo escondido porque no quiere hablar con la prensa, sus asesores comunicacionales (dije asesores, perdón, sus matones) no dejan que grabadoras ni cámaras se le acerquen y ahora amenaza con querellas por "daños y perjuicios" por las publicaciones o notas de televisión que hablan del escándalo desatado con la licitación de la pista atlética del Estadio Regional.

A PUÑETES
Y recalco escondido porque tras dos querellas en su contra, tras numerosas acusaciones políticas y tras críticas de todos los sectores, el alcalde ni siquiera ha salido a entregar una versión de lo que está pasando. Es autoridad y debería hacerlo. La comunidad se lo merece.
Sabemos que ofreció puñetes a algunos concejales, que su gráfico agredió a una periodista de TVN y que la propuesta que ganó la construcción de la pista atlética es más cara y menos ventajosa que la oferta que perdió. Pero así y todo no quiere aparecer.
Este viernes se informó desde el municipio que Adaro por fin enfrentaría a los medios -y no sólo a los medios, sino a todos los habitantes de esta ciudad- para entregar su versión del conflicto. Siempre hay dos versiones. Pero increíblemente no apareció en la conferencia de prensa y decidió enviar al director de Secoplan y el abogado municipal a leer una declaración de siete puntos que no aclaró en nada si hubo o no irregularidades en la licitación de las obras.

EL CONFLICTO
El conflicto surgió cuando el diputado Manuel Rojas (UDI) denunció que la empresa que se adjudicó el contrato (GVR) lo hizo a un precio más caro y en condiciones menos ventajosas que su competidora (Impex).
Mientras GVR cobra 812 millones de pesos, Impex pedía 809 millones y además "regalaba" una cancha sintética de fútbol por un valor de 106 millones. Sin este "regalo", cobraba 700 millones. Es decir, la oferta de Impex era mejor.
Sin embargo, el alcalde Adaro y el Concejo Municipal (en votación dividida) aprobaron la propuesta de GVR sin más argumentos técnicos que, al parecer, las ganas del edil, ya que en un comienzo se dijo que el criterio que primaría sería el económico. La calidad de las propuestas son similares. Este viernes el gran argumento esgrimido por el municipio fue que los materiales de GVR son alemanes y los de Impex asiáticos.

CONCEJO DIVIDIDO
Adaro ya suma dos querellas por este caso (una por cohecho y otra por desacato), las que fueron presentadas por el concejal Robert Araya (UDI). El concejal Félix Acori (RN) asegura que votó por GVR porque no tuvo más plazo para estudiar la propuesta y que si no se aprobaba ninguna oferta, el alcalde podía aplazar el proyecto. El concejal Marcos Simunovic (PPD) votó en contra y por sus críticas el alcalde le ofreció resolver los problemas a golpes. Es decir, el Concejo Municipal está dividido. Cómo afectará eso los proyectos que deben aprobarse. No está muy claro, porque el alcalde tiene amplias facultades para decidir.
Este conflicto está recién empezando, porque falta que la justicia se pronuncie. Si falla en contra de Adaro, éste podría verse obligado a dejar su cargo. Aunque esta posibilidad aún es lejana, no son pocos los que miran con buenos ojos que algo así ocurra. Antofagasta y sus dramas.