martes, 25 de junio de 2013

Murakami no te entiendo...

En los últimos meses he leído mucho a Haruki Murakami, un escritor japonés seco, capaz de crear mundos alucinantes, personajes entrañables y las historias más dementes. "1Q84", "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", "Kafka en la orilla", "Tokio Blues", "Al sur de la frontera, al oeste del sol", "Sputnik, mi amor" y "After dark" son las novelas que he leído del que es considerado uno de los mejores novelistas de la actualidad.
Todo me encanta, excepto que no le entiendo mucho. Qué diablos significa que un hombre hable con los gatos, que haya dos lunas (una blanca grande, otra verde pequeña), no sé, ese tipo de cosas que se repiten una y otra vez en sus libros.
Tengo dos caminos: acepto todo literalmente sin más o trato de interpretar lo que Murakami quiere decir. Intenté mucho por la segunda vía y, la verdad, no me fue muy bien. ¿Es mi interpretación la correcta? Acaso existe aquello. La interpretación es subjetiva, por lo que debería dar lo mismo lo que yo entienda. El drama es llegar a la última página sin haber captado algo concreto.
Al final, opté por la primera opción, pero no logré matar el bichito de entender lo que hay entre líneas. Algunas ideas capto, pero el global sigue siendo un misterio. Por eso, para descansar de tanto mundo fantástico, dejé al bueno de Haruki en el velador por un rato.

lunes, 24 de junio de 2013

Luchando con las cajas

Hace más de dos años -uy, cómo ha pasado el tiempo-, escribí una entrada sobre las cajas que me acompañaban en el inicio de un viaje incierto. Contaba que eran cerca de 40 y que en ellas guardaba de todo un poco. Literalmente "de todo un poco". Nunca entendí del todo o supe explicar muy  bien por qué tenía esas cajas.
Las revisé, las reduje, regalé cosas, boté otras, las ordené. Me hizo bien ese proceso. Ahora necesito avanzar más aún. Creo que estoy listo. Puedo equivocarme, pero lo importante es no tenerle miedo al error. Una persona muy valiosa me enseñó eso. Me hace sentido. Mucho sentido. Ahora debo avanzar un paso más.
Al final tengo que cerrar los cajones que aún están abiertos y que no hacen más que ocupar espacio que necesito para otras cosas.