lunes, 8 de marzo de 2010

El primer terremoto

Hasta los 9 años no tenía idea de lo que era un terremoto. De seguro más de alguna vez escuche esa palabra o vi al pasar una noticia al respecto en la tele. Pero nada más. Eso hasta el domingo 3 de marzo de 1985, el día en que la tierra sacudió la zona central de Chile con un movimiento casi 8 en la Escala de Richter.
Hasta las 19:47 de ese día no tenía noción de lo que era un terremoto. Vivíamos en Rancagua y cuando comenzó el sismo salimos al patio. Dos torres que se veían desde nuestra casa se movían como si nada. No sé cuánto duró, pero fue lo suficiente para que desde entonces quedara grabado en mi disco duro lo poderoso de un seismo, como diría un español.
Esa noche todos los niños, incluyendo una familia amiga que llegó albergada, dormimos en la cama de mis papás. Los adultos hicieron vela. Toda la noche tembló. Fue una pesadilla. Entre llantos, risas y gritos, llegó la mañana.
Desde ese día cada supe lo que era un terremoto. El significado y el significante. El suceso fue tema de conversación por semanas. Ya sabía lo que era un terremoto. Iquique, Tocopilla, Calama y Antofagasta, después viví varios sismos, todos con historias distintas, sin miedo, pero con la incertidumbre de que siempre puede ocurrir algo peor. Claro que hasta ahora nada como el del Bío Bío y Maule.