Cosas que no entiendo

Hay situaciones que no entiendo. Como la de la foto. Para qué ponen el letrero de no virar a la derecha, si todos quienes suben por Prat saben que no se puede doblar a la derecha en 14 de Febrero.

Es más, con estos famosos letreritos, lo que hacen es llamar a la confusión, porque uno va subiendo y llaman la atención. Y hay una milésima de segundo en que dan ganas de tirarse a la derecha y meterse contra el tránsito. Puede ser que se instalaron para ayudar a los turistas, pero créanme que no son demasiados los turistas que pasan por allí.

Hay otras cosas que no entiendo. Grúas millonarias y apagadas, cuadras en pleno centro sin basureros (si uno es medianamente consciente, debe caminar varios metros con el papelito en la mano), letreros de "No Estacionar" que nadie respeta (ni las autoridades), cruces peatonales que parecen laberinto (al frente del mall, cuando lo más fácil es la línea recta) y semáforos tapados por meses con bolsas de basura.

Y así, hay muchas otras cosas que ahora no me acuerdo, pero que igual no entiendo. Debo escribir otro post sobre esto.

Todavía queda tiempo...

El otro día conversé con dos economistas y un arquitecto.Todos capitalinos. El diálogo fue más o menos así.
- ¿Cómo ven Antofagasta desde Santiago?
- Como una ciudad que crece, pero no todo lo que debiera.
- ¿Por qué?
- Porque en los últimos años Antofagasta registraba un envidiable nivel de crecimiento que se ha ido estancando. Sigue, pero no al mismo ritmo. Algo pasó.
- ¿Qué cosa pasó?
- El Gobierno Regional ha hecho un gasto fuerte, pero eso no se ve acompañado de la gestión municipal, que es clave. Es la gran unidad ejecutora.
- Mmmmm, sí, si nos habíamos dado cuenta, el problema es que nadie dice nada. Los medios de comunicación lo hacen tímidamente, mientras las autoridades regionales, los empresarios, los gremios y el comercio prefieren mirar para el lado. No conviene estar en contra.
- Es una lástima, porque esta ciudad tiene potencialidades y se están perdiendo. Y eso de Macrociudad es de un egocentrismo gigantesco, un proyecto sin pie ni cabeza.

¿Y dónde está lo entretenido?

Prat con Matta. 13:14 horas. Vísperas del Día del Niño. Este menor intenta vender globos disfrazado del oso Winnie de Pooh. Debería estar en clases. Lo sigo un rato. Baila, mueve sus brazos y se acerca a otros niños. Intenta vender sus globos, mirado de cerca por dos adultos.
Está cansado. Se sienta, se saca la cabeza y respira. No pasa ni un minuto y otra vez a la rutina. No está sólo. Otros niños disfrazados como los amigos de Barney lo acompañan. Seguramente mañana, el sábado y el domingo seguirán haciendo lo mismo. Para ellos, claramente, el Día del Niño no es una fiesta. Es el lado B.

Fotos: almota